Un buen masaje no solo alivia tensiones físicas, también impacta positivamente en el estado emocional y mental. Cuando se combina con elementos como piedras calientes, aceites esenciales y fragancias naturales, la experiencia se transforma en un verdadero ritual de bienestar.
Las piedras volcánicas calientes se colocan sobre puntos clave del cuerpo, ayudando a relajar los músculos en profundidad y a mejorar la circulación. A su vez, los aceites esenciales, elegidos cuidadosamente, complementan el tratamiento según sus propiedades:
Lavanda: calma la mente y reduce el estrés.
Eucalipto: despeja las vías respiratorias y revitaliza.
Naranja o cítricos: elevan el ánimo y energizan.
Romero: alivia tensiones musculares.
El ambiente también juega un papel fundamental: música suave, aromas envolventes y una atmósfera cálida potencian los beneficios de cada sesión.